Conclusiones del Manejo de las alteraciones del metabolismo de los carbohidratos
Como conclusiones del artículo Manejo de las alteraciones del metabolismo de los carbohidratos https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/carbohidratos.pdf podemos extraer que: La glucosa es el único
monosacárido que puede emplearse para la obtención de ATP en el metabolismo
celular del ser humano pero raras veces es la fuente de carbohidratos de la
dieta habitual. Son la fructosa, la galactosa, la lactosa, la sacarosa y
el almidón, los cuales se tienen que
incorporar a la vía glicolítica en el hígado para poder ser metabolizados.
Pero existen un grupo de
enfermedades hereditarias denominadas glucogenosis (GSD) que afectan a la síntesis
y degradación del glucógeno por lo que no pueden ser tomadas por algunas
personas.
El tratamiento fundamental de
estas enfermedades de tratamiento dietético es mantener unos niveles óptimos de
glucemia para prevenir la hipoglucemia donde una dieta correcta debe tener una
distribución energética de un 60-70% de carbohidratos complejos de absorción
lenta o semilenta, un 10-15% de proteínas y el resto, un 20-30% de grasas.
La galactosemia clásica constituye
una enfermedad grave provocada por una alteración en el metabolismo de la Galactosa, monosacárido presente en la
alimentación humana, sobre todo en la leche (como lactosa) cuyos síntomas aparecen en las primeras
semanas de vida tras la ingestión de lactosa y la supresión total de la
galactosa, leche y productos lacteos, debe ser para toda la vida.
También puede suceder en el
metabolismo de la Fructosa: la fructosuria
esencial o benigna un trastorno asintomático y benigno que no requiere
ningún tratamiento y la intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF)
donde aparecen síntomas de daño hepático y renal.
El tratamiento de la IHF es la
exclusión de la dieta de todas las fuentes de fructosa, lo que implica evitar
todos los alimentos que contengan fructosa, sacarosa y sorbitol durante toda la
vida. La fructosa se encuentra en estado natural en la miel, frutas, zumos de
frutas, verduras y otros alimentos vegetales. La sacarosa que se encuentra en
la dieta como azúcar, jarabes, caramelos, postres, refrescos, y como
ingrediente natural en la fruta y en muchas verduras y plantas, e incluso
algunas pastas de dientes contienen sacarosa. Como no existe una dieta
completamente libre de estos, es necesario suplementar con un complejo
vitamínico que contenga vitamina C y ácido fólico.
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