El envejecimiento conlleva una serie de cambios estructurales y funcionales en el sistema musculoesquelético, entre los que destacan la pérdida de masa muscular (sarcopenia), la disminución de la fuerza y la velocidad de contracción muscular. Estos factores son determinantes en la pérdida de funcionalidad, la movilidad reducida y el aumento del riesgo de caídas en personas mayores. Sin embargo, existe un debate en la literatura científica sobre si estos cambios son atribuibles directamente a la edad cronológica o si están mediados, en gran medida, por el nivel de actividad física mantenido a lo largo de la vida.
En este contexto, el estudio publicado por D’Antona et al. (2007) en la revista European Journal of Applied Physiology abordó de forma específica las discrepancias existentes en torno a la capacidad contráctil de las fibras musculares en individuos de edad avanzada. El objetivo fue analizar si las alteraciones en la velocidad de acortamiento muscular (Vo) y en la fuerza específica (Po/CSA) eran consecuencia inevitable del envejecimiento o si estaban moduladas por el estilo de vida activo o sedentario.
La investigación se centró en el análisis del músculo vasto lateral, comparando la expresión de la cadena pesada de miosina (MHC) —un marcador del tipo de fibra muscular—, así como la fuerza específica y la velocidad de acortamiento, entre un grupo de jóvenes controles (CTRL) y tres subgrupos de personas mayores: sedentarios (EL-SED, n=3), controles físicamente activos pero no entrenados específicamente (EL-CTRL, n=4), y entrenados en resistencia (EL-END, n=3).
Los resultados mostraron que tanto la fuerza específica como la velocidad máxima de acortamiento fueron significativamente menores en los sujetos mayores sedentarios en comparación con los jóvenes. No obstante, estas variables mejoraban progresivamente en los subgrupos con mayor actividad física. En concreto, el fenotipo muscular (tipos de MHC presentes) fue más rápido en el orden: EL-SED < EL-CTRL < EL-END ≈ CTRL. Esto indica que, aunque el envejecimiento puede afectar negativamente las propiedades contráctiles del músculo esquelético, el mantenimiento de un nivel adecuado de actividad física, en especial entrenamiento de resistencia, puede mitigar o incluso preservar muchas de estas capacidades.
Los autores concluyen que las discrepancias encontradas en estudios previos sobre los efectos del envejecimiento en las propiedades musculares podrían explicarse, al menos en parte, por la heterogeneidad en los niveles de actividad física de los sujetos incluidos en dichos estudios. Este hallazgo resalta la importancia de considerar el historial de actividad física al interpretar los efectos del envejecimiento sobre el músculo esquelético y refuerza la necesidad de promover el ejercicio físico regular como estrategia preventiva frente al deterioro funcional asociado a la edad.
Referencia :
D’Antona, G., Pellegrino, M. A., Adami, R., Rossi, R., Carlizzi, C. N., Canepari, M., Saltin, B., & Bottinelli, R. (2007). The effect of ageing and training status on the human skeletal muscle: A study of muscle fibres in young and elderly subjects. European Journal of Applied Physiology, 100(5), 473–482.
No hay comentarios:
Publicar un comentario