ADAPTACIONES NEURALES Y GANANCIA DE FUERZA

Imagen 4: recuperado de https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fphys.2017.00297/full


 Un importante componente nervioso va a explicar las ganancias de fuerza obtenidas tras un programa de entrenamiento sin modificaciones estructurales: 


«Las ganancias de fuerza pueden obtenerse sin cambios estructurales en los músculos, pero no sin adaptaciones nerviosas» (Enoka, 2002). 

 «Toda acción muscular voluntaria necesita de un impulso para contraerse. La fuerza durante las contracciones musculares se encuentra modulada por el número de unidades motoras reclutadas y la frecuencia de estimulación a la que se encuentran sometidas (Kukulka y Clamann, 1981). La tensión producida será mayor cuando se recluten de forma simultánea el mayor número posible de unidades motoras y cuando la frecuencia de estimulación es mayor hasta llegar a un punto a partir del cual, aunque se aumente más aún la frecuencia de estimulación, la tensión no aumenta ( N a r i ci  e t  a l ., 1996)»


Se ha comprobado que las ganancias en la fuerza muscular, tras la realización de un programa de entrenamiento con jóvenes deportistas y personas que no han realizado ningún acondicionamiento, no se deben exclusivamente a la activación de los músculos agonistas, sino también a la coactivación de los antagonistas, la cual es excesiva en los principiantes y será reducida con el entrenamiento y la familiarización. 


Cross-over Training Effect 


Se trata de una evidencia indirecta de la mejora del componente neural. Hay una considerable evidencia del Cross-over Training Effect, el entrenamiento de una extremidad, causa un incremento de la fuerza de la extremidad contralateral no entrenada (Komi, Viitasalo, Rauramaa y Vihko, 1978; Patten, Kamen y Rowland, 2001). Esto apoya la hipótesis de las adaptaciones centrales en respuesta al entrenamiento (Sale, 1988). Otros estudios no han observado este efecto contralateral (Garfinkel y Cafarelli, 1992; Jones y Rutherford, 1987). Las primeras fases del entrenamiento de fuerza, se basan en el aprendizaje del patrón de movimiento y de reclutamiento (coordinación intermuscular), y quizás esta podría ser la explicación a tal efecto, el aprendizaje con el miembro contralateral. Sin embargo, recientes estudios han mostrado que el efecto cruzado puede extenderse más allá del aprendizaje general y la coordinación e incluir cambios en la activación del antagonista, encontrando aumentos significativos en la activación agonista del miembro opuesto tras seis semanas de entrenamiento (Shima et al., 2002). 


Contracciones imaginarias 


En algunos estudios las contracciones imaginarias parecen incrementar la fuerza mediante adaptaciones del sistema nervioso central (Yue y Cole, 1992). Siete semanas de contracciones imaginarias mostraron un aumento de la fuerza (36 %), superior al grupo control (14 %) (Zijdewind, Toering, Bessem, Van Der Laan y Diercks, 2003). 


Podemos registrar la actividad eléctrica muscular mediante el uso de la electromiografía (EMG). Las adaptaciones ocasionadas por el entrenamiento de fuerza en las primeras semanas se deben a adaptaciones a nivel neural, ya sea debido a un aumento en la activación del músculo agonista o por cambios en los patrones de activación antagonista. El aumento de la EMG tras el entrenamiento de fuerza podría ser debido a un aumento de número de unidades motrices activas y su frecuencia de estimulación; sin embargo, esto es difícil de generalizar debido a cambios en el estímulo que origina la tensión, ya que: 


1. Se incrementa la activación de los músculos principales que intervienen en el movimiento. 

2. Se reduce la coactivación de los antagonistas. 

3. Se mejora la coactivación de los sinergistas. Adaptaciones neurales (II) Electromiografía Los aumentos de la fuerza máxima originados durante las primeras semanas (3-4 semanas) se deben a un incremento de la activación de los músculos agonistas entrenados, siempre y cuando los sujetos no hayan tenido un entrenamiento previo (Hakkinen et al., 1996; Narici, Roi, Landoni, Minetti y Cerretelli, 1989). Esta mejora se verá a través de la EMG, y será obtenida por un aumento del número de unidades motoras activadas (reclutamiento) o por un aumento de la frecuencia del impulso nervioso. Un estudio mostró cambios en la activación agonista seguida de mejoras en el rendimiento de fuerza, tras un entrenamiento de 16 semanas seguido de un desentrenamiento de ocho semanas (Hakkinen y Komi, 1983b).


 Se ha comprobado que las ganancias en la fuerza muscular, tras la realización de un programa de entrenamiento con jóvenes deportistas y personas que no han realizado ningún acondicionamiento, no se deben exclusivamente a la activación de los músculos agonistas, sino también a la coactivación de los antagonistas, la cual es excesiva en los principiantes y será reducida con el entrenamiento y la familiarización.


Bibliografía:


Apuntes de Kinesiología: Fisiología del Ejercicio. 
Apuntes de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. 
Artículos para consultar sobre adaptaciones musculares con el ejercicio físico.


No hay comentarios:

Publicar un comentario