PROPÓSITO: El objetivo del estudio realizado por Lavasi et al., y publicado en Ann Epidemiol en junio de 2007, fue investigar la relación entre el tiempo dedicado a la actividad física en el tiempo libre (LTPA, por sus siglas en inglés) y el riesgo de infarto de miocardio (IM).
MÉTODOS: El estudio utilizó datos de casos y controles recolectados entre 1986 y 2002 por la organización de salud del estado de Washington. Los participantes no presentaban antecedentes de enfermedad cardiovascular y se encontraban en buen estado de salud al momento de su inclusión. La información fue obtenida a través de encuestas telefónicas realizadas a 697 personas que sufrieron un IM no fatal y 3,397 personas sin IM (grupo control). Se analizaron 26 formas diferentes de LTPA, y los modelos estadísticos ajustaron variables como edad, sexo, año del estudio, hipertensión tratada, antecedentes familiares de enfermedades cardíacas, hábitos de tabaquismo, consumo de alcohol, uso de aspirina, raza, nivel de ingresos, jubilación y nivel educativo.
RESULTADOS: El 90% de los sujetos del grupo control y el 84% de los casos con IM informaron participar en alguna forma de actividad física en su tiempo libre. Comparado con aquellos que no realizaban actividad física, quienes sí lo hacían presentaron un menor riesgo de sufrir un IM. El riesgo de IM disminuyó conforme aumentaba el tiempo total dedicado a actividades físicas no estresantes.
CONCLUSIONES: El tiempo dedicado a actividades físicas en el tiempo libre, especialmente aquellas que no son estresantes, se asoció con un menor riesgo de infarto de miocardio. Además, la relación observada no fue lineal, lo que sugiere que los beneficios pueden variar en función de la cantidad de actividad física realizada.
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