Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine el 19 de enero por Casey Crump y su equipo de la Universidad de Stanford investiga cómo el alto índice de masa corporal (IMC) y la baja forma física pueden aumentar el riesgo de hipertensión.
Detalles del Estudio
El análisis se realizó con un grupo de 1.547.189 reclutas militares suecos, todos hombres de 18 años, entre el 1 de enero de 1969 y el 31 de diciembre de 1997. Estos participantes fueron seguidos hasta el 31 de diciembre de 2012, llegando a tener hasta 62 años en el seguimiento. Los datos se analizaron entre el 1 y el 15 de agosto de 2015 y revelaron que 93.035 hombres, lo que equivale al 6% del grupo, fueron diagnosticados con hipertensión.
Resultados Clave
Los hallazgos del estudio indican que:
- Alto IMC y baja capacidad aeróbica: Estos dos factores están asociados con un mayor riesgo de hipertensión, independientemente de la historia familiar y del nivel socioeconómico.
- Riesgo significativo: Los hombres con sobrepeso u obesidad tenían una tasa de incidencia de hipertensión 2.51 veces mayor que aquellos con un IMC normal. Además, los que se encontraban en el tercio inferior de capacidad aeróbica tenían un riesgo incrementado de más del 50%.
- Relación inversa: A medida que la capacidad aeróbica aumenta, el riesgo de hipertensión disminuye.
- Interacción negativa: La combinación de un alto IMC y una baja capacidad aeróbica presenta un riesgo multiplicativo aún mayor para desarrollar hipertensión, con una tasa de incidencia de 3.53.
Conclusiones
El estudio concluye que tanto un alto IMC como una baja capacidad aeróbica en la adolescencia tardía están relacionados con un mayor riesgo de hipertensión en la adultez. Por lo tanto, es crucial enfocarse en la prevención de la hipertensión desde una edad temprana. Esto implica no solo controlar el peso, sino también mejorar la capacidad aeróbica, incluso en personas con un IMC normal.
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