¿Por qué no tengo hambre después de correr?
El papel de la ghrelina y el ejercicio en la regulación del apetito
Muchas personas notan una falta de apetito inmediatamente después de realizar ejercicio intenso, especialmente al correr. Este fenómeno, conocido como anorexia inducida por el ejercicio, ha sido objeto de estudio para entender qué mecanismos fisiológicos están involucrados. Uno de los principales candidatos en esta regulación es la ghrelina, una hormona orexigénica (estimulante del apetito) producida principalmente en el estómago.
La ghrelina se secreta en su forma activa, denominada ghrelina acilada, y su concentración en sangre tiende a aumentar antes de las comidas y disminuir después de comer. También se ha observado que ciertos tipos de ejercicio físico pueden modificar sus niveles, afectando así el apetito.
El estudio de Broom et al. (2007)
Un estudio clave en este ámbito fue realizado por Broom y colaboradores, publicado en el Journal of Applied Physiology en 2007. Su objetivo fue analizar cómo una sesión de ejercicio aeróbico afecta la secreción de ghrelina acilada y la sensación subjetiva de apetito.
Diseño del estudio
Participantes: 9 hombres jóvenes (19-25 años), sanos y físicamente activos.
Diseño experimental: cruzado con dos condiciones:
- Condición de ejercicio: los sujetos corrieron durante 60 minutos al 72% de su VO₂max (intensidad moderada-alta) entre las 8:00 y las 9:00 h, tras un ayuno nocturno. Luego permanecieron en reposo durante 8 horas.
- Condición control: los sujetos permanecieron en reposo durante 9 horas completas, también tras ayuno.
En ambas condiciones, los participantes consumieron la misma comida estándar a las 11:00 h.
Resultados
- Las concentraciones de ghrelina acilada en plasma fueron significativamente más bajas durante las 3 primeras horas posteriores al ejercicio en comparación con la condición de reposo.
- Esta supresión se mantuvo también cuando se analizó la media de ghrelina en las 9 horas del estudio.
- La sensación subjetiva de apetito fue paralelamente menor en la condición de ejercicio, lo que apoya la relación entre niveles de ghrelina y hambre post-ejercicio.
Conclusiones
El estudio demuestra que una sesión de carrera de intensidad moderada-alta puede suprimir temporalmente los niveles plasmáticos de ghrelina acilada, lo cual se asocia con una menor sensación de hambre durante varias horas después del ejercicio. Esta respuesta hormonal podría explicar por qué muchas personas no sienten ganas de comer inmediatamente tras entrenar, a pesar del gasto energético elevado.
Este hallazgo tiene implicaciones prácticas para quienes entrenan con objetivos de control de peso o pérdida de grasa corporal, ya que el ejercicio puede modular el apetito de forma favorable a corto plazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario