Evidencia sobre el ejercicio fisico como tratamiento adyuvante en las patologías de carácter endocrino



La evidencia actual sugiere que el ejercicio físico puede ser un tratamiento adyuvante beneficioso en varios trastornos endocrinos, aunque los efectos específicos pueden variar según la condición.


En el caso del hipotiroidismo, una revisión sistemática y metaanálisis reciente indica que el ejercicio, tanto aeróbico como de resistencia, es seguro y puede mejorar la salud física y mental de los pacientes. Sin embargo, no se observó un impacto significativo en los niveles de hormona estimulante de la tiroides (TSH) ni en los niveles de T3 y T4 (Duñabeitia et al., 2023).


Para el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la literatura reciente respalda el papel del ejercicio físico en la mejora de los resultados cardiometabólicos y reproductivos. Se ha observado que el ejercicio de alta intensidad puede ofrecer mayores beneficios metabólicos, aunque los resultados aún no son concluyentes (Parmar & Whooten, 2024). Además, estudios en modelos animales han mostrado que el ejercicio puede prevenir el aumento de peso y reducir el estrés oxidativo en el tejido adiposo marrón en ratas con SOP (Santos et al., 2023).


En términos generales, el ejercicio regular también se ha asociado con una modulación positiva de la actividad tiroidea y del sistema inmunológico, como se observó en un análisis de datos del NHANES (Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición, por sus siglas en inglés), donde la actividad física diaria se correlacionó con niveles más bajos de T4 y marcadores inflamatorios (Klasson et al., 2022).


En resumen, el ejercicio físico es un tratamiento adyuvante prometedor en trastornos endocrinos como el hipotiroidismo y el SOP, mejorando la salud física y mental, aunque su impacto directo en la función endocrina puede variar. Es crucial considerar el tipo, intensidad y duración del ejercicio para maximizar los beneficios en cada condición específica.


Bibliografía:

  • Duñabeitia, I., González-Devesa, D., Varela-Martínez, S., Diz-Gómez, J. C., & Ayán-Pérez, C. (2023). Effect of physical exercise in people with hypothyroidism: Systematic review and meta-analysis. Scandinavian Journal of Clinical and Laboratory Investigation, 83(8), 523–532. https://doi.org/10.1080/00365513.2023.2286651
  • Parmar, S. K., & Whooten, R. (2024). Efficacy of physical activity in polycystic ovary syndrome treatment. Current Opinion in Endocrinology, Diabetes, and Obesity, 31(6), 216–221. https://doi.org/10.1097/MED.0000000000000885
  • Santos, W. L. L., da Silva Pinheiro, C., de Oliveira Santos, R., et al. (2023). Physical exercise alleviates oxidative stress in brown adipose tissue and causes changes in body composition and nutritional behavior in rats with polycystic ovary syndrome. Life Sciences, 325, 121754. https://doi.org/10.1016/j.lfs.2023.121754
  • Klasson, C. L., Sadhir, S., & Pontzer, H. (2022). Daily physical activity is negatively associated with thyroid hormone levels, inflammation, and immune system markers among men and women in the NHANES dataset. PLOS ONE, 17(7), e0270221. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0270221



Beneficios específicos del ejercicio en pacientes con diabetes tipo 2


El ejercicio físico ofrece múltiples beneficios específicos para los pacientes con diabetes tipo 2. Según el consenso de la American Diabetes Association (ADA) y la European Association for the Study of Diabetes (EASD), el ejercicio aeróbico regular mejora el control glucémico, reduciendo la hemoglobina A1c (HbA1c) en aproximadamente un 0.6 % y disminuyendo el tiempo diario en hiperglucemia (Davies et al., 2022). Además, el ejercicio aeróbico mejora la aptitud cardiorrespiratoria y la sensibilidad a la insulina (Kanaley et al., 2022).


El entrenamiento de resistencia también es beneficioso, mejorando los niveles de glucosa en sangre, la flexibilidad y el equilibrio, lo cual es crucial dado el riesgo aumentado de deterioro de la función física en estos pacientes (Davies et al., 2022). La combinación de entrenamiento aeróbico y de resistencia es superior a cualquiera de los dos tipos de entrenamiento por separado para el control glucémico y la salud general (Colberg et al., 2016).


El ejercicio regular también reduce la presión arterial, mejora los perfiles lipídicos y disminuye la grasa visceral, lo que contribuye a una mejor salud cardiovascular (Colberg et al., 2016). Además, se ha demostrado que el ejercicio de alta intensidad, como el entrenamiento en intervalos de alta intensidad (HIIT), mejora rápidamente la capacidad oxidativa del músculo esquelético y la sensibilidad a la insulina (Colberg et al., 2016).


En resumen, el ejercicio físico regular, tanto aeróbico como de resistencia, es altamente beneficioso para los pacientes con diabetes tipo 2, mejorando el control glucémico, la salud cardiovascular y la función física general (Davies et al., 2022; Colberg et al., 2016).


Bibliografía:

  • Davies, M. J., Aroda, V. R., Collins, B. S., et al. (2022). Management of hyperglycemia in type 2 diabetes, 2022. A consensus report by the American Diabetes Association (ADA) and the European Association for the Study of Diabetes (EASD). Diabetes Care, 45(11), 2753–2786. https://doi.org/10.2337/dci22-0034
  • Kanaley, J. A., Colberg, S. R., Corcoran, M. H., et al. (2022). Exercise/Physical activity in individuals with type 2 diabetes: A consensus statement from the American College of Sports Medicine. Medicine and Science in Sports and Exercise, 54(2), 353–368. https://doi.org/10.1249/MSS.0000000000002800
  • Colberg, S. R., Sigal, R. J., Yardley, J. E., et al. (2016). Physical activity/exercise and diabetes: A position statement of the American Diabetes Association. Diabetes Care, 39(11), 2065–2079. https://doi.org/10.2337/dc16-1728

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