Actividad Física en la Diabetes Tipo 2


La actividad física (AF) es esencial en el manejo y prevención de la diabetes tipo 2 (DT2), ofreciendo beneficios significativos tanto en el control glucémico como en la salud general. Diversos tipos de ejercicio, incluyendo el de resistencia, aeróbico, flexibilidad y equilibrio, son fundamentales para mejorar la sensibilidad a la insulina, la función cardiovascular y la calidad de vida de los pacientes con DT2. Es crucial que las personas con diabetes realicen ejercicio regular, reduzcan el tiempo de sedentarismo y se beneficien de descansos frecuentes durante periodos de inactividad.


Consideraciones Generales


  • Autorización médica: Antes de comenzar un régimen de ejercicio vigoroso, se recomienda obtener una evaluación médica, especialmente si se tienen complicaciones o comorbilidades asociadas a la diabetes tipo 2 (como enfermedades cardiovasculares, neuropatía, enfermedades renales, etc.).
  • Monitoreo de la glucosa: Es importante evitar el ejercicio si los niveles de glucosa en sangre superan los 250 mg/dL o si hay presencia de cetonas. También se debe mantener una hidratación adecuada y estar atentos a los síntomas de hipoglucemia durante el ejercicio, sobre todo si se usan insulina o sulfonilureas.
  • Precauciones según complicaciones: En casos de neuropatía periférica o retinopatía diabética, el ejercicio debe ser supervisado para evitar lesiones y otros riesgos relacionados.

Desigualdades y barreras

  • Desigualdades raciales y socioeconómicas: La prevalencia de inactividad física y obesidad es mayor en poblaciones raciales y étnicas desfavorecidas (afroamericanos, hispanos e indígenas), lo que contribuye a un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Estos grupos enfrentan barreras como el acceso limitado a instalaciones para hacer ejercicio, la falta de espacios públicos seguros y una infraestructura deficiente.
  • Barreras psicológicas y sociales: La falta de autoeficacia, el establecimiento de objetivos inadecuados y la falta de apoyo social son barreras comunes para adoptar la actividad física. Además, problemas de salud como la obesidad o enfermedades articulares pueden disminuir la capacidad para realizar ejercicio.

Impacto de la dieta y el ejercicio

  • Momento del ejercicio: El ejercicio posprandial (después de las comidas) ha demostrado mejorar el control de la glucosa, reduciendo los picos glucémicos y promoviendo una mejor regulación de la glucosa en sangre.
  • Patrones dietéticos saludables: Un plan de alimentación balanceado es crucial para el manejo de la diabetes tipo 2, enfocándose en la calidad de los carbohidratos, control del peso y reducción de grasas saturadas. Dietas como la cetogénica o mediterránea pueden mejorar el control glucémico, pero se necesita más investigación para validar su impacto en la participación física.

Medicamentos y actividad física

  • Metformina y otros medicamentos antidiabéticos: Aunque la metformina es eficaz para reducir los niveles de glucosa, puede atenuar los beneficios del ejercicio, lo que resalta la importancia de planificar adecuadamente la actividad física en personas que toman estos medicamentos.
  • Interacciones con medicamentos no diabéticos: Los beta-bloqueantes pueden reducir la respuesta cardíaca al ejercicio y afectar la capacidad de ejercicio aeróbico, mientras que medicamentos como las estatinas pueden aumentar el riesgo de miopatías.
  • Cirugía bariátrica: El ejercicio pre y postoperatorio en personas sometidas a cirugía bariátrica mejora el control glucémico, la función cardiovascular y la calidad de vida, facilitando la pérdida de peso y mejorando la recuperación.

Direcciones para el futuro

  • Investigación adicional: Se necesitan más estudios para comprender cómo los regímenes de ejercicio afectan la glucemia y la salud cardiovascular en personas con diabetes tipo 2, y para determinar si el momento del ejercicio influye en los niveles glucémicos postprandiales y nocturnos.
  • Factores sociales y ambientales: Es esencial estudiar los factores sociales y ambientales que afectan la actividad física en personas con diabetes tipo 2 para reducir las disparidades en la salud y promover entornos que faciliten la actividad física.
  • Estrategias de intervención: Es necesario implementar intervenciones personalizadas que incluyan ejercicio, educación sobre hábitos saludables y mejorar el acceso a entornos adecuados para la actividad física, especialmente en comunidades desfavorecidas.

Recomendaciones de ejercicio para personas con diabetes tipo 2

1. Frecuencia del ejercicio

  • Ejercicio aeróbico: Al menos 150 minutos de actividad de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa cada semana, distribuidos a lo largo de al menos 3 días a la semana sin más de 2 días consecutivos sin ejercicio.
  • Entrenamiento de resistencia: Ejercicio de resistencia (como levantamiento de pesas o ejercicios con bandas elásticas) al menos 2 veces a la semana.

2. Tipo de ejercicio

  • Ejercicio aeróbico: Actividades como caminar, nadar, bailar, andar en bicicleta y usar máquinas de ejercicios (como caminadora o bicicleta estática) para mejorar la salud cardiovascular y el control glucémico.
  • Entrenamiento de resistencia: Ejercicios que involucren los principales grupos musculares, como pesas, bandas de resistencia o ejercicios en máquinas.
  • Ejercicios de flexibilidad y equilibrio: Incluir ejercicios de estiramiento y equilibrio, especialmente para adultos mayores o aquellos con complicaciones como neuropatía periférica, para prevenir caídas y mejorar la movilidad.

3. Duración de la sesión de ejercicio

  • Cada sesión debe durar al menos 30 minutos, pero puede dividirse en sesiones más cortas (por ejemplo, 3 sesiones de 10 minutos). Cualquier incremento en la actividad física es beneficioso.

4. Consideraciones especiales

  • Adaptación gradual: Comenzar con niveles cómodos y aumentar gradualmente la duración e intensidad.
  • Monitoreo de glucosa: Personas que usan insulina o sulfonilureas deben monitorear la glucosa antes, durante y después del ejercicio.
  • Prevención de complicaciones: Tener cuidado con los pies y utilizar calzado adecuado, especialmente en personas con neuropatía periférica.

5. Reducir el sedentarismo

  • Interrumpir el tiempo sentado: Levantarse y moverse cada 30 minutos para mejorar el control glucémico.
  • Pausas activas: Incluir pausas de actividad física, especialmente para trabajos sedentarios, ya que esto mejora el control de la glucosa.

6. Entrenamiento de alta intensidad

  • El ejercicio de alta intensidad (HIIT) puede ser beneficioso, especialmente en personas con obesidad, ya que mejora la tolerancia a la glucosa y la capacidad aeróbica. Se debe realizar bajo supervisión profesional.

7. Recomendaciones para personas con complicaciones

  • Cardiopatías y problemas vasculares: Consultar con un médico antes de comenzar el ejercicio.
  • Neuropatía diabética: Realizar actividades de bajo impacto como nadar o andar en bicicleta.
  • Retinopatía diabética: Evitar ejercicios de alta intensidad que puedan aumentar la presión ocular.


Conclusión

La actividad física regular combinada con una dieta equilibrada es esencial para el manejo de la diabetes tipo 2. Sin embargo, es crucial superar diversas barreras sociales, psicológicas y ambientales para maximizar la participación en el ejercicio. Las investigaciones futuras deben centrarse en optimizar las intervenciones de ejercicio, entender las interacciones con medicamentos y abordar las desigualdades que limitan el acceso a la actividad física en comunidades vulnerables.


Bibliografía:

Kanley, J. A., Colberg, S. R., Corcoran, M. H., Malin, S. K., Rodriguez, N. R., Crespo, C. J., Kirwan, J. P., & Zierath, J. R. (2022). Exercise/Physical Activity in Individuals with Type 2 Diabetes: A Consensus Statement from the American College of Sports Medicine. Medicine & Science in Sports & Exercise, 54(2), 353-368. https://doi.org/10.1249/MSS.0000000000002800


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