Resumen
El envejecimiento está asociado con alteraciones metabólicas que incrementan el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas como la diabetes tipo 2. El presente estudio analiza el impacto de la intensidad del ejercicio y el estado de entrenamiento físico sobre el metabolismo energético de grasas e hidratos de carbono (CHO) en adultos mayores. A partir de la investigación de Bassami et al. (2007), se discuten las adaptaciones fisiológicas observadas, se identifican implicaciones clínicas y se propone una orientación práctica del ejercicio para esta población.
1. Introducción
Con la edad, el organismo presenta una menor sensibilidad a la insulina, una pérdida progresiva de masa muscular (sarcopenia), reducción de la actividad mitocondrial y cambios hormonales que modifican el metabolismo de los sustratos energéticos. Estas alteraciones favorecen la acumulación de grasa visceral y aumentan el riesgo cardiometabólico.
El ejercicio físico representa una estrategia no farmacológica de gran impacto para modular el metabolismo energético. Sin embargo, no todos los tipos, intensidades o duraciones de ejercicio producen los mismos efectos, y sus respuestas pueden diferir significativamente entre personas entrenadas y no entrenadas.
2. Objetivos
- Analizar cómo la intensidad y duración del ejercicio influyen en la oxidación de grasas y CHO en adultos mayores.
- Estudiar las diferencias metabólicas entre personas mayores entrenadas y no entrenadas.
- Evaluar el papel del ejercicio en la mejora del perfil lipídico y el control glucémico.
- Diseñar orientaciones prácticas para intervenciones de ejercicio adaptadas a adultos mayores.
3. Metodología del estudio de Bassami et al.
Población:
- 13 hombres mayores: 7 entrenados (edad media 63,7 ± 4,7 años), 6 no entrenados (edad media 63,5 ± 4,5 años).
Protocolo de ejercicio:
- Tres sesiones de 30 minutos en cicloergómetro a intensidades del 50%, 60% y 70% del VO₂máx.
- Dos sesiones adicionales: al 60% y al 79% del VO₂máx. pero con gasto energético igual al alcanzado al 50% VO₂máx (variando la duración).
Mediciones:
- Intercambio gaseoso durante el ejercicio (para estimar oxidación de CHO y grasas).
- Muestras de sangre antes e inmediatamente después del ejercicio.
Parámetros analizados:
- NEFA (ácidos grasos no esterificados), glicerol, β-hidroxibutirato (3-OH), insulina plasmática.
- Tasa de oxidación de grasas y CHO calculada mediante medidas indirectas.
4. Resultados principales
4.1. Intensidad del ejercicio:
- A igualdad de duración, aumentar la intensidad del ejercicio aumentó significativamente la oxidación de CHO y el gasto energético total.
- La oxidación de grasas también se vio afectada por la intensidad, aunque en menor medida.
4.2. Entrenamiento previo:
Los sujetos entrenados mostraron:
Mayor disponibilidad plasmática de NEFA y glicerol.- Mayor oxidación de CHO en todas las intensidades.
4.3. Otros marcadores:
-
No se observaron diferencias significativas en β-hidroxibutirato ni en insulina entre grupos o intensidades.
5. Interpretación de resultados
- El entrenamiento mejora la capacidad oxidativa de los CHO más que de las grasas en adultos mayores.
- Aunque los entrenados tienen una mayor disponibilidad de lípidos circulantes, esto no se traduce en una mayor oxidación de grasas durante el ejercicio.
- La intensidad del ejercicio se confirma como un determinante clave en la utilización de sustratos: a mayor intensidad, mayor dependencia del metabolismo de CHO.
Estos hallazgos podrían estar influenciados por factores como:
Actividad enzimática mitocondrial.- Preferencia muscular por la glucosa.
- Alteraciones hormonales propias del envejecimiento.
A partir de los hallazgos, se pueden plantear las siguientes recomendaciones para adultos mayores sanos:
6.1. Objetivo: mejora del perfil metabólico y oxidación de grasas
- Realizar ejercicio aeróbico de intensidad moderada (50–60% VO₂máx) durante períodos prolongados (45–60 minutos) para favorecer la oxidación de grasas.
- Complementar con sesiones a mayor intensidad (70–75% VO₂máx) para mejorar la eficiencia en el uso de CHO y aumentar el gasto calórico total.
6.2. Plan de intervención propuesto (8 semanas)
Semana | Frecuencia | Tipo de sesión | Duración | Intensidad |
---|---|---|---|---|
1-2 | 3/semana | Aeróbico continuo | 30 min | 50–55% VO₂máx |
3-4 | 3-4/semana | Aeróbico + progresión | 35-40 min | 55–60% VO₂máx |
5-6 | 4/semana | Mixto (2 sesiones largas + 2 más intensas) | 45-60 min | 60–70% VO₂máx |
7-8 | 4-5/semana | Intervalos suaves + sesiones largas | 20 + 40 min | 70–75% VO₂máx y 50–60% |
- Actividades: cicloergómetro, caminata en pendiente, natación, marcha nórdica.
- Incluir ejercicios de fuerza/resistencia muscular 2 veces por semana.
- Supervisión profesional para personas con comorbilidades.
7. Conclusión
Este estudio confirma que la intensidad del ejercicio tiene un papel determinante en la utilización de grasas y CHO en adultos mayores. Aunque el entrenamiento mejora la disponibilidad de ácidos grasos, el organismo prioriza el uso de CHO a intensidades elevadas. Estos resultados refuerzan la necesidad de programas individualizados que combinen sesiones de intensidad moderada para favorecer la oxidación de lípidos y sesiones más intensas para mejorar la eficiencia metabólica general y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes.
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